Argentina avanza a semifinales tras un dramático triunfo por penales ante Ecuador

La Selección Argentina selló su pase a las semifinales de la Copa América tras superar a Ecuador en una noche de alto voltaje que terminó igualada 1-1 en el tiempo reglamentario y se definió en los penales. Una vez más, Emiliano “Dibu” Martínez fue el héroe que emergió en el momento justo para sostener al equipo y guiarlo a la victoria.

El arquero del Aston Villa volvió a demostrar por qué es uno de los pilares fundamentales de esta generación dorada. Cuando Lionel Messi falló el primer penal de la serie —picando la pelota y estrellándola en el travesaño—, todos los ojos se dirigieron a Dibu. Y él respondió con firmeza: primero atajándole el disparo a Mena y luego repitiendo la escena ante Minda. Con esas dos intervenciones, puso a la Albiceleste en ventaja y encendió la ilusión.

El penal decisivo llegó desde los pies de Nicolás Otamendi, quien buscaba revancha tras haber sido superado en el empate ecuatoriano. Con precisión y carácter, el defensor convirtió y desató la alegría del plantel. Este resultado le permite a Ángel Di María seguir soñando con el bicampeonato, al menos por dos partidos más.

Sin embargo, el festejo no puede ocultar un rendimiento colectivo por debajo de lo esperado. Desde el inicio, la Scaloneta no mostró la solidez habitual. Durante los primeros veinte minutos, el equipo lució desordenado, dejando espacios en el medio y siendo superado por el despliegue ofensivo ecuatoriano. El planteo del técnico Félix Sánchez Bas —que había anticipado que Argentina no era invencible— parecía tomar fuerza en el campo de juego.

Fue Lisandro Martínez quien rompió el cero, aprovechando una pelota parada tras un tiro libre perfectamente ejecutado por Messi. Alexis anticipó, y Lisandro, con olfato goleador, puso el 1-0 que calmó momentáneamente las aguas. A pesar de eso, el equipo nunca terminó de acomodarse del todo. Enzo Fernández tuvo tres oportunidades claras, pero no logró concretar. El campo de juego tampoco ayudó, y solo algunos rendimientos individuales, como los de Alexis y los centrales, lograron destacarse parcialmente.

En la segunda mitad, el control tampoco estuvo del lado argentino. Ecuador mostró sus credenciales: un equipo ordenado, intenso, y con una estrategia clara. El penal que falló Enner Valencia —que pegó en el palo tras una corrida que intimidó Dibu— fue un momento clave, celebrado por todo el estadio como si hubiese sido un gol.

La Selección intentó resistir en bloque bajo, con Messi como único punta, visiblemente disminuido desde lo físico. El capitán, que había hecho un gran esfuerzo para estar presente, no logró marcar la diferencia habitual, y el equipo lo sintió. Pese a no ser asediada por remates constantes, Argentina sí sufrió el dominio territorial de Ecuador, que manejó la pelota con autoridad.

El empate de Ecuador llegó en el tramo final del partido, fruto de una jugada aérea que encontró mal parada a la defensa. El gol, aunque justo, no alcanzó para frenar el espíritu combativo de un conjunto argentino que, a pesar de sus altibajos, sigue vivo y sueña con repetir la gloria de 2021.

Ahora, con el pase asegurado a semifinales, el equipo de Scaloni deberá corregir errores y recuperar energías. Pero mientras tanto, Argentina celebra. Porque tiene a Messi, a Di María, y también a un arquero que se agranda en cada instancia decisiva. Dibu Martínez no solo tapa penales: sostiene sueños.