Un nuevo rol para el sistema financiero nacional
El Instituto de Investigación Democrática de Corea del Sur presentó un informe clave titulado “El rol de las finanzas para una Corea real”, donde señala que el país necesitará unos 210 billones de wones en los próximos cinco años para alcanzar los tres grandes ejes estratégicos y quince objetivos prioritarios del actual gobierno. Ante la limitación de los recursos fiscales, el documento subraya la urgencia de movilizar al sistema financiero como motor complementario del desarrollo.
La estrategia se estructura en torno a tres pilares: finanzas para el crecimiento, finanzas inclusivas y finanzas internacionales. El informe propone que las entidades públicas, fondos de pensión y actores privados trabajen de forma coordinada para movilizar recursos. El financiamiento público debe actuar como “semilla” para atraer capital privado, ofreciendo incentivos adecuados que permitan una participación autónoma y sostenida del sector.
Medidas concretas para atraer capital privado
Entre las propuestas, se contempla una flexibilización regulatoria controlada que no contradiga el marco de Basilea III, permitiendo así mejorar la capacidad de capital de las entidades. Además, se sugiere aplicar una ponderación de riesgo uniforme del 100% para proyectos estratégicos impulsados por el Estado.
El informe identifica 45 promesas de campaña del actual gobierno que requieren respaldo financiero y detalla mecanismos para su ejecución. Entre ellas figuran un fondo nacional de 100 billones de wones, financiamiento para centros de datos con inteligencia artificial, apoyo a startups tecnológicas, desarrollo de parques industriales sostenibles y corredores energéticos, así como inversiones en infraestructura en la Ruta del Ártico. También se destaca la importancia del financiamiento privado para reestructurar sectores industriales vulnerables y promover el crecimiento regional.
Vivienda y salud con participación del sector financiero
El plan también contempla ampliar el rol del sistema financiero en proyectos de vivienda para jóvenes y hogares unipersonales. Para ello, se propone modificar la Ley Bancaria y permitir a los bancos adquirir hasta un 15% de participación en empresas que desarrollen viviendas en alquiler, ofreciendo beneficios e incentivos fiscales por su participación.
Asimismo, se plantea la creación de nuevos productos financieros que alivien la carga de pequeños comerciantes, como préstamos garantizados por depósitos de alquiler, respaldados por el Fondo de Garantía Crediticia y ofrecidos por bancos a tasas preferenciales.
También se impulsa la participación de aseguradoras en el mercado de atención a largo plazo, siguiendo modelos como el japonés. Se busca aumentar la oferta de residencias para personas mayores mediante contratos de alquiler de largo plazo y condiciones financieras favorables. Se prevé ofrecer incentivos urbanísticos y fiscales para la construcción de alojamientos accesibles para adultos mayores.
Reforma previsional y reorganización del sistema financiero público
El fortalecimiento de los ingresos en la vejez es otra prioridad. Se propone ampliar las opciones de retiro único en hipotecas inversas, permitiendo extracciones parciales o totales con mayor flexibilidad. No obstante, se advierte sobre la necesidad de regular el uso de esos fondos para garantizar que beneficien a los adultos mayores de clase media con necesidades reales.
Además, se destaca la necesidad de reorganizar las instituciones de financiamiento público. Actualmente existen funciones superpuestas entre diversos organismos, lo que genera ineficiencias. Se proponen fusiones o reasignaciones funcionales para eliminar duplicidades, especialmente en áreas como el apoyo a PYMEs, comercio exterior y garantías estatales.
Aseguradoras frenan compras de bonos ante cambios regulatorios
En paralelo con estas reformas, las aseguradoras surcoreanas redujeron en julio la compra de bonos del Estado a largo plazo. Esta decisión se vincula con la expectativa de nuevas medidas regulatorias sobre los pasivos del sector y con la creciente volatilidad del mercado financiero.
Según datos de Yonhap Infomax, las aseguradoras adquirieron bonos a 30 años o más por un total neto de 2,05 billones de wones en julio, el nivel más bajo registrado este año. Esta caída contrasta con el segundo trimestre, cuando alcanzaron un récord de 9,23 billones de wones en compras netas de estos instrumentos.
Hasta ahora, la compra de bonos de largo plazo había sido una estrategia clave para fortalecer sus ratios de solvencia (K-ICS). Sin embargo, la reciente decisión del regulador financiero de reducir en 20 puntos porcentuales los requerimientos del sistema, junto con otras flexibilizaciones, cambió el escenario.
Expectativas del mercado y cautela en la estrategia de inversión
Las autoridades también han creado un grupo de trabajo para discutir reformas clave, como la actualización de la tasa de descuento de pasivos y la introducción de un nuevo esquema de capital básico. La posibilidad de aplazar la aplicación del período de observación ampliado también está sobre la mesa.
Estas medidas podrían mejorar significativamente la salud financiera de las aseguradoras, sobre todo si se combinan con una baja sostenida en las tasas de interés hacia fin de año. Aun así, persisten incertidumbres, como la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos y la cantidad de bonos que el gobierno coreano emitirá en lo que queda del año.
Un portavoz de una aseguradora explicó: “Estamos en una etapa de cautela. Con los cambios regulatorios y la posible mejora en la tasa de descuento, preferimos esperar. Ya tenemos definidos los volúmenes anuales de compra, así que vamos a concentrar nuestras adquisiciones cuando las condiciones sean más favorables”.